viernes, 28 de febrero de 2014

Palabras

Siempre me pregunto qué es lo que pasa en esos lugares que las palabras no alcanzan, cuando, por desconocido, o por no transitado, no tenemos forma de referirnos a algo.

Esto es algo que pasa seguido.

Le pasa a los científicos cuando expanden la frontera del conocimiento, y encuentran cosas nuevas, cosas que no pueden ser nombradas, porque aún nadie las nombró. Y en ese momento, los científicos ponen un nombre, dándole entidad al objeto, haciéndolo pensable.

También, faltan las palabras en esos lugares donde la racionalidad no llegará nunca, por más científico que uno sea. Ahí, los artistas corren con ventaja. Hay una frase que le gusta mucho a los bailarines "Si lo pudiera decir hablando, no lo bailaría". Igual de sorprendente es que la música pueda emocionarnos, trascendiendo las fronteras del idioma, de las palabras.

Y los humanos de a pie, los que no sabemos de ciencias ni de artes, tenemos los brazos, los abrazos. Las manos, las caricias. Los ojos, y el llanto (el triste y el otro). Tenemos el té, y los mimos felinos.
Tenemos el verbo, pero también la carne. Sensaciones, emociones, sentimientos, reacciones.

Las palabras aluden, espían, raspan la superficie, y ahí se quedan, dando espacio a las manos, que siempre pueden llegar un poco más.

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